1 Corintios 13 – El Camino Más Excelente: El Amor

Después de hablar sobre los dones espirituales y la unidad en el cuerpo de Cristo, Pablo presenta el fundamento que debe gobernar todo servicio en la iglesia: el amor.

Este capítulo es uno de los más conocidos de la Biblia, pero muchas veces malinterpretado. No es un poema romántico ni una simple inspiración para bodas. Es una corrección a los corintios, quienes estaban usando los dones con orgullo y egoísmo en vez de edificar en amor.

Pablo deja claro: Puedes tener los dones más impresionantes, pero si no tienes amor, no valen nada.


1. Sin amor, los dones espirituales no sirven (1 Corintios 13:1-3)

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.” (1 Corintios 13:1)

🎀 El amor es más importante que cualquier don.

Pablo menciona tres cosas impresionantes que un cristiano puede hacer:

• Hablar todas las lenguas, incluso angélicas.

• Tener el don de profecía y entender todos los misterios.

• Tener una fe que mueva montañas.

Pero sin amor, todo esto es inútil.

Incluso dice:

“Si reparto todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.” (v.3)

Ni siquiera los sacrificios más radicales tienen valor sin amor verdadero.

Los corintios valoraban los dones espectaculares, pero Pablo les muestra que el verdadero cristianismo no se mide por cuán “impresionantes” son nuestros dones, sino por cuánto reflejamos el amor de Cristo.


2. Características del amor verdadero (1 Corintios 13:4-7)

Aquí encontramos la descripción más profunda y práctica del amor cristiano:

El amor es paciente y bondadoso.

No es envidioso ni jactancioso.

No se envanece ni se porta de manera indebida.

No busca lo suyo ni se irrita fácilmente.

No guarda rencor.

No se alegra de la injusticia, sino de la verdad.

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

🎀 Este amor no es sentimentalismo ni emociones pasajeras. Es una actitud, un compromiso, una decisión de amar como Cristo nos amó.

En contraste con el orgullo y la arrogancia de los corintios, Pablo les dice: Si realmente quieren ser espirituales, deben amar de esta manera.

¿Cómo se ve esto en la práctica?

Si amas como Cristo:

💌 No serás impaciente ni irritado con los defectos de otros.

💌 No serás orgulloso ni buscarás reconocimiento.

💌 No actuarás con rudeza ni egoísmo.

💌 No guardarás resentimiento ni buscarás venganza.

💌 Buscarás la verdad, la justicia y la edificación de los demás.

Este es el amor de Dios, el amor con el que debemos amar a nuestros hermanos en Cristo.


3. El amor es eterno, los dones son temporales (1 Corintios 13:8-13)

“El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y el conocimiento se acabará.” (1 Corintios 13:8)

Los dones espirituales son temporales y un día cesarán, pero el amor permanecerá para siempre.

¿Por qué? Porque en la eternidad ya no necesitaremos profecías, ni conocimiento parcial, ni lenguas. Pero siempre necesitaremos amor.


Pablo usa una ilustración:

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.” (v.11)

Así como un niño madura y deja atrás lo infantil, la iglesia un día dejará atrás los dones espirituales porque verá a Dios cara a cara.

Por ahora, nuestro conocimiento es parcial, pero en la eternidad veremos a Cristo en plenitud.


El amor es la mayor virtud porque refleja la naturaleza de Dios.

Pablo termina diciendo:

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (v.13)

Para tu corazón:

1. Evalúa tu servicio a Dios. ¿Sirves con amor o por reconocimiento?

2. Examina tu actitud en la iglesia. ¿Estás promoviendo unidad y amor o división y orgullo?

3. Ama como Cristo. Decide amar con paciencia, humildad y sacrificio.

4. No te obsesiones con los dones espirituales. Lo más importante es el amor, no los dones.

5. Recuerda que el amor es eterno. Todo lo demás pasará, pero el amor de Cristo permanece para siempre.


Sin amor, nada somos

Este capítulo nos confronta. Podemos tener dones, servir, sacrificarnos, pero si no tenemos amor, nada vale.

El amor verdadero no es emocionalismo, es reflejar el carácter de Cristo.

El amor más grande es el amor de Dios en Cristo, quien nos amó aun cuando éramos pecadores y entregó su vida por nosotros.

Si queremos vivir una vida cristiana que glorifique a Dios, debemos buscar lo que es eterno: el amor que nunca deja de ser.

Scroll al inicio