El capítulo 16 de 1 Corintios marca el cierre de esta poderosa carta, con instrucciones prácticas y despedidas personales. Pablo nos recuerda que la fe cristiana, aunque celestial en esencia, tiene implicaciones muy terrenales.
La ofrenda a los santos (vv. 1-4):
Pablo inicia con una exhortación sobre la colecta para los santos necesitados en Jerusalén. Les indica que cada creyente, según sus recursos, debe apartar algo semanalmente. Esto resalta dos cosas esenciales:
1. La generosidad: Dar no es opcional, sino parte esencial del carácter cristiano. El dar constante refleja un corazón que comprende que todo proviene de Dios.
2. La organización y la sabiduría: Pablo no deja esto al azar; les da instrucciones claras para evitar confusión. Esto nos enseña a ser intencionales y ordenadas también en nuestra generosidad y administración.
Planes personales y la voluntad de Dios (vv. 5-9):
Pablo comparte sus planes futuros, pero resalta algo vital: someter sus decisiones a la soberanía de Dios. Nos enseña que aunque planificar es sabio, reconocer la voluntad de Dios por encima de la nuestra es fundamental:
“Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto una puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.” (vv. 8-9)
Aprendamos a reconocer las oportunidades espirituales, incluso cuando vienen acompañadas de desafíos.
La importancia de cuidar a los siervos del Señor (vv. 10-12):
Pablo exhorta a la iglesia a recibir y cuidar bien a Timoteo y menciona también a Apolos. Nos recuerda la importancia de valorar y apoyar a aquellos que sirven al Señor, especialmente en su ministerio pastoral o misionero.
Firmes en la fe, hechas valientes (vv. 13-14):
Estos versículos son una exhortación poderosa:
“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.”
Esto no es una llamada a masculinizarnos, sino una invitación a ser fuertes, decididas, valientes y firmes en nuestra fe. La firmeza espiritual siempre debe ir acompañada del amor.
Reconocimiento y honra (vv. 15-18):
Pablo destaca el ejemplo de la familia de Estéfanas, que se dedicó al servicio de los santos. Nos anima a reconocer y honrar a quienes sirven con fidelidad en la iglesia. Como mujeres, seamos prontas para agradecer y apoyar a quienes trabajan en la obra de Dios.
Despedidas y amor fraternal (vv. 19-24):
La carta concluye con saludos cariñosos y personales. Pablo envía su amor y pide que el amor en Cristo prevalezca entre ellos. La vida cristiana no es solitaria; necesitamos expresar nuestro afecto genuino unas a otras.
Aplicación práctica para nosotras 🎀💌:
• Sé intencional y organizada en tus ofrendas y generosidad.
• Reconoce la soberanía de Dios sobre tus planes y decisiones.
• Valora y honra a quienes sirven a Dios en tu iglesia local.
• Sé valiente, firme en la fe, pero siempre en amor.
• Cultiva relaciones fraternales llenas de amor genuino en Cristo.
Que este cierre de 1 Corintios nos lleve a vivir vidas que reflejen la sabiduría, valentía, generosidad y amor que vienen del Señor.
Con amor, en Cristo. 🎀💌🙏
