Mateo 17 nos revela la gloria de Jesús, se muestra el poder de la fe y se nos recuerda el llamado a la humildad y el sacrificio. Cada escena del capítulo nos ayuda a entender quién es Cristo, cómo actúa en nuestras vidas y qué significa seguirlo.


1. LA TRANSFIGURACIÓN: LA GLORIA DE JESÚS REVELADA

(Mateo 17:1-8)

1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto.2 Y se transfiguró delante de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.3 Y he aquí, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él.

La transfiguración fue un momento único en el ministerio de Jesús donde reveló Su gloria divina a Pedro, Jacobo y Juan, los tres discípulos más cercanos. Este evento ocurrió en un monte alto, tradicionalmente identificado como el Monte Tabor o el Monte Hermón. Allí, Jesús mostró a Sus discípulos un destello de Su verdadera naturaleza como el Hijo de Dios glorioso.

La gloria de Jesús: Su rostro resplandeció como el sol, y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz, simbolizando Su divinidad. Fue una confirmación de que Él es más que un maestro humano; Él es Dios hecho hombre.

La aparición de Moisés y Elías: Estos grandes hombres del Antiguo Testamento representan la Ley (Moisés) y los Profetas (Elías), los cuales apuntan hacia Cristo como el cumplimiento de todo el plan de Dios.

La voz del Padre: Dios mismo declaró desde la nube: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd.” Esto reafirmó la identidad de Jesús como el Mesías prometido y resaltó Su autoridad divina.

• La reacción de Pedro: Pedro, lleno de asombro pero confundido, sugirió construir tres enramadas (pequeñas tiendas) para Jesús, Moisés y Elías. Esto muestra su deseo de prolongar el momento, pero también refleja que aún no comprendía completamente que Jesús es incomparable y no comparte Su gloria con nadie.

La idea de Pedro puede haber sido crear un espacio de adoración o reverencia, como un altar, para honrar la experiencia gloriosa que acababa de presenciar: Jesús transfigurado junto a Moisés y Elías. Sin embargo, esto reflejaba un malentendido, ya que Jesús no necesitaba un altar temporal ni un lugar físico para ser adorado.

• Jesús consuela a los discípulos: Cuando los discípulos escucharon la voz de Dios, cayeron al suelo con temor reverente. Jesús, mostrando Su compasión, los tocó y les dijo: “Levántense, no teman.” Esto nos recuerda que aunque Él es glorioso y santo, también es cercano y lleno de gracia.

La transfiguración nos da una visión del poder y la majestad de Cristo. Él es más que un maestro o profeta; es el Hijo de Dios, digno de nuestra adoración. La voz del Padre nos recuerda que debemos prestar atención a lo que Jesús dice, confiando en Su autoridad y obedeciendo Su Palabra.

¿Reconoces la gloria de Jesús en tu vida diaria? Dedica tiempo a contemplar Su grandeza y adorarle, sabiendo que Él es digno de toda tu confianza y obediencia.


2. ELÍAS Y EL PLAN PERFECTO DE DIOS

(Mateo 17:9-13)

10 Entonces los discípulos le preguntaron:”¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?”11 Y Él respondió:“Ciertamente Elías viene y restaurará todas las cosas; pero yo les digo que Elías ya vino, y no lo reconocieron.”

Tras el evento glorioso de la transfiguración, Jesús instruyó a Pedro, Jacobo y Juan que no contaran a nadie lo que habían visto hasta después de Su resurrección. Esto se debía a que los discípulos aún no comprendían plenamente la misión de Jesús, y revelar la visión en ese momento podría generar confusión o malentendidos entre el pueblo.

En este contexto, los discípulos le preguntaron a Jesús sobre la enseñanza de los escribas acerca de Elías, basada en la profecía de Malaquías 4:5-6, que decía que Elías volvería antes del gran día del Señor. Jesús explicó que esta profecía ya se había cumplido en Juan el Bautista, quien vino con el espíritu y poder de Elías para preparar el camino del Mesías (Lucas 1:17).

Dios siempre cumple Su plan, aunque no siempre lo entendamos de inmediato.

Aunque los tiempos o las formas no sean lo que esperas, confía en que Dios es fiel y cumple todo lo que ha dicho en Su Palabra.

Así como Juan el Bautista preparó los corazones para recibir al Mesías, tú también puedes guiar a otros hacia Cristo compartiendo el evangelio.

¿Reconoces cómo Dios obra en tu vida, incluso cuando Sus planes no coinciden con tus expectativas? Aprende a confiar en Su sabiduría y soberanía.


3. JESÚS SANA A UN JOVEN ENDEMONIADO

(Mateo 17:14-21)

14 Cuando llegaron al gentío, se acercó a Él un hombre que, arrodillándose, le dijo:“Señor, ten misericordia de mi hijo, que es epiléptico y sufre terriblemente.”16 Le traje a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo.20 Jesús les dijo:“Por su poca fe. Porque en verdad les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirán a este monte: ‘Pásate de aquí allá’, y se pasará; y nada les será imposible.”

Un padre desesperado trajo a su hijo poseído por un demonio para que los discípulos lo sanaran, pero ellos no pudieron hacerlo. Jesús, con autoridad, sanó al joven y luego explicó a los discípulos que su falta de fe les impidió actuar con el poder que Él les había dado.

• La enseñanza de la fe: Jesús comparó la fe con un grano de mostaza, una de las semillas más pequeñas, para mostrar que no necesitamos una fe perfecta o inmensa, sino una fe genuina y enfocada en el Dios todopoderoso.

La fe verdadera, aunque pequeña, tiene poder porque está puesta en un Dios grande. No es nuestra fuerza, sino Su poder, el que hace lo imposible.

¿Hay situaciones en tu vida donde te falta fe? Ora para que Dios fortalezca tu confianza en Su poder y te permita actuar con valentía.


4. JESÚS ANUNCIA NUEVAMENTE SU MUERTE Y RESURRECCIÓN

(Mateo 17:22-23)

22 Estando ellos reunidos en Galilea, Jesús les dijo:“El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y lo matarán, y al tercer día resucitará.”23 Y ellos se entristecieron mucho.

Jesús recordó a Sus discípulos que Su misión incluía sufrimiento y muerte, pero también resurrección. Sin embargo, los discípulos aún no comprendían el propósito de la cruz y reaccionaron con tristeza.

La cruz es esencial en el plan de Dios para la redención. El sufrimiento no es un obstáculo para el propósito divino, sino el camino hacia la gloria.

¿Estás dispuesta a aceptar el sufrimiento que pueda venir al seguir a Jesús, sabiendo que Su plan es para tu bien y Su gloria? Confía en que la cruz siempre lleva a la victoria.


5. JESÚS Y EL IMPUESTO DEL TEMPLO

(Mateo 17:24-27)

24 Cuando llegaron a Capernaum, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto del templo y le dijeron:”¿Tu Maestro no paga el impuesto?”27 Jesús dijo:“Para que no los ofendamos, ve al mar, echa el anzuelo y toma el primer pez que saques; al abrirle la boca, hallarás un estatero. Tómalo y dáselo por ti y por mí.”

El impuesto del templo era una contribución anual que los judíos debían pagar para el mantenimiento del lugar de adoración. Aunque Jesús, como Hijo de Dios, estaba exento, eligió pagar para evitar causar conflicto. Lo hizo milagrosamente, mostrando Su control sobre la creación.

Jesús nos enseña humildad y sabiduría en cómo manejamos nuestras libertades. A veces, es mejor ceder en asuntos menores por amor y para mantener la paz.

¿Estás dispuesta a renunciar a tus derechos o preferencias cuando eso beneficia a otros y glorifica a Dios? Sigue el ejemplo de humildad de Jesús en tus relaciones.


CONCLUSIÓN

Mateo 17 nos revela que Jesús es tanto el Hijo glorioso de Dios como el Siervo humilde que nos llama a vivir por fe. Nos invita a confiar en Su poder, abrazar Su cruz y vivir con humildad mientras seguimos Su ejemplo.


ORACIÓN

“Señor Jesús, gracias por revelarte como el Rey glorioso y el Salvador humilde. Enséñanos a confiar en Tu poder, a caminar por fe y a reflejar Tu humildad en nuestras vidas. Ayúdanos a tomar nuestra cruz cada día y a seguirte con gozo. En Tu nombre, amén.”

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