Bienvenida a un capítulo más de nuestro estudio de Mateo, En este capítulo, Jesús concluye el Sermón del Monte. En los capítulos anteriores, nos mostró cómo debe ser nuestra actitud frente a Dios, al prójimo y frente a nosotros mismas. Ahora, en Mateo 7, nos lleva a mirar lo más profundo de nuestro corazón, invitándonos a ser mujeres que edifican su vida sobre la roca sólida de su Palabra.
Este capítulo me confrontó profundamente. Mientras lo leía, me di cuenta de cuántas veces he intentado vivir bajo mis propias reglas, juzgando sin entender, pidiendo sin fe, o tomando decisiones basadas en mis emociones. Sin embargo, aquí Jesús no solo corrige, sino que nos llena de esperanza, mostrándonos el camino de la verdadera sabiduría, guiándonos hacia él (Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios 1 Corintios 1:24).
Así que, con este trasfondo, exploremos juntas algunos principios que este pasaje tiene para nuestras vidas.
1. No juzgues sin misericordia (versículos 1-6)
“No juzguéis, para que no seáis juzgados…”
Jesús nos llama a revisar primero nuestro corazón antes de corregir o criticar a los demás. ¿Cuántas veces nos resulta más fácil señalar las fallas de quienes nos rodean, mientras ignoramos las áreas de pecado en nuestra propia vida? Esto no significa que no podamos discernir o confrontar el error, sino que debemos hacerlo con un corazón humilde y lleno de gracia. Recordando que solo Cristo es perfecto y que únicamente él puede transformar el corazón.
¿Estay evaluando tus propias actitudes y acciones antes de querer corregir a los demás? ¿Estás siendo misericordiosa y paciente como Dios lo es contigo?
2. Busca al Padre con fe (versículos 7-12)
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá…”
Jesús nos anima a acercarnos a Dios con la confianza de un hijo hacia su padre. Al igual que un niño que pide ayuda o provisión sin dudar, somos invitadas a pedir con fe, sabiendo que nuestro Padre es generoso, amoroso y siempre atento a nuestras necesidades. No es un Dios lejano ni indiferente, sino uno que escucha nuestras oraciones y responde de acuerdo a Su perfecta voluntad.
El verbo “pedir” implica humildad y dependencia. Reconocemos que no tenemos todo lo que necesitamos en nuestras propias fuerzas, y nos acercamos a Dios con el corazón abierto. Pedir no significa exigir o reclamar, sino confiar en que Su respuesta siempre será buena, aunque no sea la que esperábamos. A veces, el “dar” de Dios no es inmediato, pero siempre llega en el tiempo perfecto.
No solo se nos dice que pidamos, sino que busquemos. Esto nos invita a ser activas en nuestra relación con Dios, estudiando Su Palabra, buscando Su rostro en oración y viviendo en obediencia. Pedir sin buscar sería superficial; buscar sin pedir sería confiar en nuestras propias fuerzas.
¿Estás acudiendo a Dios primero en oración, o buscas soluciones en tus propias fuerzas?
3. Elige el camino angosto (versículos 13-14)
“Entrad por la puerta estrecha…”
Jesús nos presenta dos caminos: el ancho, fácil y popular, que lleva a la perdición, y el estrecho, difícil y poco transitado, que lleva a la vida. Como mujeres cristianas, a menudo enfrentamos decisiones que requieren valentía y firmeza para ir contra la corriente. Este camino no es fácil, pero sabemos que Jesús mismo nos acompaña y guía en cada paso.
¿Estás dispuesta a sacrificar la comodidad para seguir el camino que glorifica a Dios?
4. Discernir los frutos (versículos 15-20)
“Por sus frutos los conoceréis…”
Jesús usa una ilustración sencilla: un árbol bueno da frutas buenas, y un árbol malo da frutas malas. No puede ser de otra manera. Del mismo modo, la vida de una persona muestra quién es realmente. Si alguien es un seguidor verdadero de Cristo, lo veremos en cómo vive, en su carácter y en sus acciones. Por otro lado, si alguien no está conectado a Jesús, eso también se notará, aunque trate de ocultarlo.
Imagina que alguien te habla muy bonito de Dios, pero luego ves que trata mal a su familia, miente o vive de forma egoísta. Eso sería como un árbol malo que no puede producir frutos buenos. Sus acciones muestran lo que hay en su corazón.
¿Qué frutos estás dando tu? ¿Tus palabras, acciones y actitudes muestran que amas a Jesús y obedeces Su Palabra?
5. Edificar sobre la roca (versículos 24-27)
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca…”
Jesús nos habla de dos hombres que construyeron casas. Ambas parecen similares desde el exterior, pero su verdadero estado se revela cuando llega la tormenta. Una permanece firme, y la otra cae. La diferencia no está en la apariencia ni en el esfuerzo de la construcción, sino en el fundamento sobre el que se edificó.
Construir sobre la roca significa que Cristo sea el centro de todo lo que hacemos. Es reconocer que Su Palabra tiene la autoridad final en nuestras decisiones, actitudes y prioridades. ¿Cómo podemos hacer esto? Comenzando cada día con Su Palabra, pidiéndole al Espíritu Santo que nos guíe a obedecerla y buscando vivir en Su verdad, no en la nuestra.
Jesús no dice “si viene la tormenta”, sino “cuando viene la tormenta”. Las pruebas son inevitables, ya sean dificultades en la familia, desafíos en el trabajo o momentos de incertidumbre personal. Sin embargo, esas tormentas revelan el fundamento de nuestras vidas. Si nuestra confianza está en Cristo, podemos enfrentar las dificultades con paz y seguridad. Si no lo está, nuestras vidas se derrumbarán bajo la presión.
•¿Estás edificando tu vida diaria sobre la verdad de la Palabra de Dios, o sobre las emociones y opiniones pasajeras?
Conclusión: Una vida de sabiduría y fe
Mateo 7 es un llamado a la acción, a vivir con discernimiento, confianza y obediencia. Como mujeres cristianas, tenemos el privilegio de construir nuestra vida sobre la roca inquebrantable que es Cristo. No importa cuán fuertes sean las tormentas que enfrentemos, si estamos cimentadas en Él, permaneceremos firmes.
Querida amiga, mi oración es que este capítulo te inspire a examinar tu corazón y a buscar al Padre con confianza. Que encuentres gozo en caminar el camino angosto y fortaleza en edificar sobre la roca firme de Su Palabra. ¡No estás sola en este camino! Jesús va contigo, y Su gracia es suficiente para cada día.
Podemos tener misericordia sobre aquel que ha errado en contra de nosotros?… con sinceridad, es difícil.
Pero como entonces pudiéramos llamarnos hijos de un Dios que ha perdónado todas nuestras transgresiónes.
Y que día a día perdona nuestros fallos.
Una actitud de misericordia.. es un acto mismo de negación voluntaria de nuestra humanidad..dando frutos dignos al amor con que nos ha salvado nuestro Padre Celestial.
🌷Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?🌷
Santiago 4:12
🌷Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.🌷
Mateo 7:2
Aún si hubiéremos recibido daño…no somos “Dios”….no somos el juez.
Somos llamados a ser hijos dignos del Reino de los Cielos, y amar como nuestro Padre nos amado….
Un corazón diferente, que ha dejado el viejo hombre atrás..
Que ha decidido amar sin fingimiento…que ha decidido negarse, para que viva Cristo…
🌷Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
1 Pedro 4:8🌷
Cómo está nuestro corazón?
Cómo estamos presentando nuestro corazón día día ante nuestro Salvador!
Haya.. en nosotros “luz, y Paz…”para que Reine Cristo.
Graciasss…., Yadi 💕💕por tus esfuerzos para enseñarnos, por animarnos al maravilloso estudio de la palabra🙏🏻🙇🏻♀️, y a crecer… en Cristo Jesús ❤️! Maravilloso todos los temas en del capítulo 7.