Bienvenida mi dulce hermana, al estudio del capítulo 8 del evangelio de Mateo, este capítulo nos invita a conocer más de cerca a Jesús. No solo nos presenta a un maestro que habla con autoridad, sino a un Salvador que vive y demuestra Su poder en cada situación. Cada milagro en este capítulo es como una puerta abierta para que podamos ver Su corazón: lleno de amor, compasión y poder absoluto.
1. Jesús toca nuestras heridas (v.1-4)
Un leproso, rechazado y aislado, se acerca a Jesús con una fe sencilla pero agradable a Dios: “Señor, si quieres, puedes limpiarme.” ¿Qué hace Jesús? Lo que nadie más haría: lo toca.
¡Imagínate ese momento! Ese hombre había vivido años sin sentir el calor de una mano amiga. Pero Jesús no solo lo sana; con ese toque le devuelve dignidad, lo restaura y le muestra que no está solo.
Jesús no tenía que tocar al leproso para sanarlo, pero lo hizo, mostrando Su compasión y Su disposición a identificarse con los marginados.
La lepra es a menudo una metáfora del pecado en la Biblia, ya que ambos separan al ser humano de Dios y de los demás. Al limpiar al leproso, Jesús demuestra que Él tiene el poder de purificar no solo el cuerpo, sino también el alma.
El leproso se acerca a Jesús reconociendo Su autoridad, diciendo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme.” Este acto muestra humildad y confianza en el poder de Cristo. En nuestra vida, muchas veces cargamos con “lepra espiritual” (pecados, heridas emocionales, o temores). Como el leproso, debemos acercarnos a Jesús en fe, confiando en que Él puede sanarnos.
Pregunta para ti: ¿Te atreves a acercarte a Jesús con tus heridas y decirle: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”? Él no solo quiere tocarte, sino también restaurarte completamente.
2. La fe que sorprende a Jesús (v.5-13)
¡Qué maravillosa obra de Dios en el centurión! Este hombre, que ni siquiera era judío, entendió algo que muchos todavía no habían comprendido: Jesús tiene autoridad sobre todo. Él no necesita estar físicamente presente para actuar. Su Palabra es suficiente. Dios le regaló una fe preciosa que yo deseo tener en cada situación.
Jesús se asombró de la fe de este hombre y dijo algo que me llena de esperanza: “Muchos vendrán del oriente y del occidente, y se sentarán en la mesa con Abraham, Isaac y Jacob.” Hermana, esto significa que no importa de dónde vengas ni quién seas; si tienes fe en Jesús arrepintiéndote de tu pecado, tienes un lugar en Su Reino.
La fe no requiere de condiciones externas, solo de la certeza de que Jesús tiene autoridad para obrar en cualquier situación.
Este pasaje señala que la fe en Cristo es el camino al Reino, no la nacionalidad, méritos o tradiciones.
Reflexión para ti: ¿Confías en la Palabra de Jesús como lo hizo el centurión, sabiendo que Su poder no tiene límites?
3. Jesús sana con compasión (v.14-17)
Jesús entra a la casa de Pedro y ve a su suegra enferma. Sin que nadie le pida, la toca y la sana. Esa misma tarde, sana a muchos más. Mateo conecta estas sanidades con Isaías 53:4: “Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias.”
Querida hermana, esto me recuerda que Jesús ve nuestras necesidades antes incluso de que las mencionemos. Él no solo tiene el poder para sanar, sino también el amor para acercarse y tocar nuestras vidas con compasión.
Sin embargo, la cita de Isaías también apunta hacia un significado más profundo: Jesús no vino solo a sanar cuerpos, sino a cargar con el pecado y las consecuencias de un mundo caído. La enfermedad física es un reflejo de nuestra mayor dolencia: el pecado, que nos separa de Dios.
Dios puede sanar físicamente y, muchas veces, lo hace para mostrar Su poder y misericordia. Sin embargo, Su propósito principal es la sanidad espiritual, la restauración de nuestra relación con el Padre. Jesús no prometió que nunca sufriríamos físicamente, pero sí que Él es nuestra mayor necesidad y nuestra sanidad eterna.
Aunque muchas veces anhelamos sanidad física, debemos recordar que nuestra mayor necesidad es el perdón de nuestros pecados y la restauración de nuestra comunión con Dios. La enfermedad del cuerpo es temporal, pero la enfermedad del alma tiene consecuencias eternas.
Reflexión para ti: ¿Estás confiando en que Jesús ve lo que necesitas incluso cuando no tienes fuerzas para pedírselo? ¿ Has puesto tu confianza en que él puede sanar y limpiar del pecado?
4. El precio de seguir a Jesús (v.18-22)
Algunos querían seguir a Jesús, pero Él les dejó claro que el camino no sería fácil. Les dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.”
Seguir a Jesús no siempre será cómodo. Requiere compromiso, sacrificio y fe. Pero también significa caminar con Él, tener Su presencia y experimentar Su gracia de una manera que nada en este mundo puede ofrecer.
Pregunta para ti: ¿Estás dispuesta a dejarlo todo por seguir a Jesús, incluso si eso significa renunciar a tu comodidad o a tus planes?
5. Jesús calma las tormentas (v.23-27)
En esta escena, los discípulos están en una barca con Jesús cuando una tormenta amenaza con hundirlos. Mientras ellos están llenos de miedo, Jesús duerme tranquilamente. Cuando lo despiertan, Él les dice: ”¿Por qué tienen tanto miedo? ¡Hombres de poca fe!” Y con solo una palabra, calma el viento y las olas.
Hermana, ¿no es esto una imagen de nuestra vida? A veces sentimos que estamos en medio de una tormenta, que todo está fuera de control. Pero Jesús está en la barca contigo. Él tiene el poder de calmar las tormentas de tu vida, pero también quiere que confíes en Él incluso cuando las olas siguen golpeando.
Oremos para que nuestro corazón no se llene de miedo, pues esta clase de miedo es pecaminoso u no agrada a Dios
Reflexión para ti: ¿Estás recordando que Jesús está contigo en medio de tus tormentas, o te dejas llevar por el miedo?
6. El poder de Jesús sobre el mal (v.28-34)
Jesús llega a una región donde dos hombres poseídos por demonios le salen al encuentro. Con una simple orden, Jesús los libera. Pero los habitantes de esa región, en lugar de alegrarse, le piden que se vaya.
Es difícil de entender, pero muchas veces preferimos nuestra comodidad a la transformación que Jesús quiere traer. Jesús tiene el poder de liberarnos, pero debemos estar dispuestas a dejar que Él entre en nuestras vidas, incluso si eso significa un cambio radical.
Pregunta para ti: ¿Hay áreas en tu vida donde le estás diciendo a Jesús que “se vaya” porque tienes miedo de lo que Su presencia podría cambiar?
Conclusión: Confiemos en Jesús en cada paso
Mateo 8 nos muestra a un Jesús poderoso y compasivo. Nos invita a confiar en Él, a acercarnos con fe y a dejar que Su poder y Su amor transformen cada área de nuestra vida.
Querida hermana, hoy quiero animarte a reflexionar:
• ¿Estoy acercándome a Jesús con fe como el leproso o el centurión?
• ¿Confío en Su poder para calmar las tormentas de mi vida?
• ¿Estoy dispuesta a pagar el precio de seguirlo con todo mi corazón?
Jesús tiene autoridad sobre la enfermedad, las tormentas, el mal y el pecado. ¡Y también tiene poder para transformar tu vida! Acércate a Él hoy con fe y déjalo obrar. ¡Él está contigo!
Belloooo, me encantó reflexionar sobre cuando Jesús tocó” al leproso👍💕💕. Mucho significado..
También en el versículo Mateo 8:29 los demonios reconocieron “totalmente a Jesús, hijo de Dios. Preguntandole a Jesús, si él había venido para atormentarles antes de tiempo🙏🏻.
💕💕💕💕💕…!