Mateo 10: Llamadas y Enviadas por Jesús

Querida hermana, Mateo 10 es un capítulo que nos toca el corazón y nos invita a reflexionar profundamente. Aquí vemos a Jesús enviando a Sus discípulos con una misión especial, dándoles las herramientas y el ánimo para representarlo. Pero estas palabras no son solo para ellos; también son para ti y para mí, mujeres que deseamos seguirle con todo el corazón. 

1. Elegidas y enviadas por Él (v.1-15)

“Entonces, llamando a Sus doce discípulos, les dio autoridad…”

Jesús comienza este capítulo llamando a Sus doce discípulos por nombre y enviándolos a predicar, sanar y liberar a las personas en Su nombre. No eran hombres perfectos ni extraordinarios; eran personas comunes que Jesús eligió y equipó con Su poder.

Esto me recuerda que nosotras también somos llamadas. No importa lo pequeñas o imperfectas que nos sintamos, Jesús nos elige, nos da autoridad y nos envía a ser luz en el mundo.

Jesús es el centro de este pasaje. Él es quien da la autoridad, guía la misión y provee para las necesidades de Sus discípulos. Todo apunta a Su poder y a Su amor por la humanidad. Además, el mensaje del Reino que predicaron los discípulos se cumple en Cristo: Él es el Rey que ha venido para traer salvación, liberación y reconciliación. Este texto nos invita a depender de Su obra redentora y a confiar en Su presencia mientras cumplimos nuestra misión como Sus seguidoras.

Reflexión para ti: ¿Estás dispuesta a decirle “sí” a Jesús cuando te llama a compartir Su amor y verdad con los demás, sin importar cuán pequeña te sientas?

2. Confía en Su provisión (v.9-15)

“No llevéis oro, ni plata, ni cobre en vuestros cinturones.”

Él les dice a Sus discípulos algo tan contraintuitivo, tan opuesto a lo que solemos hacer: “No se lleven nada extra para el camino.” ¡Nada de maletas llenas ni fondos de emergencia! Es como si Jesús estuviera diciendo: Confíen en que el Padre tiene todo bajo control. No sé tú, pero yo tiendo a preocuparme mucho por estar preparada para todo. Este pasaje me confronta: ¿de verdad creo que Dios va a proveer? ¿De verdad confío que, si Él me envía, también me cuidará?

Luego, Jesús les dice que busquen a personas dispuestas, hogares donde puedan ser bienvenidos. Y esto me hizo pensar: qué bonito es que Dios obra a través de relaciones. Cuando abrimos nuestras vidas y nuestros hogares a otros, estamos siendo parte de Su obra. Ser hospitalaria no significa tener la casa perfecta o hacer la comida más elaborada; significa estar disponibles para otros y ser un espacio de paz y bienvenida.

Pero aquí viene la parte difícil: Jesús también les advierte que no todos los recibirán bien. Les dice que si alguien no quiere escuchar, sacudan el polvo de sus pies y sigan adelante. Yo no sé tú, pero a mí me cuesta mucho manejar el rechazo. Sin embargo, aquí Jesús nos recuerda que nuestra tarea no es cambiar corazones, sino ser fieles en compartir Su mensaje. El resto le toca a Él.

Por último, Jesús menciona el juicio para quienes rechazan el mensaje. Es una advertencia seria, pero también un recordatorio de que el evangelio es algo importante. Lo que llevamos no es cualquier cosa; es un mensaje de vida o muerte. Eso no significa que debamos compartirlo con miedo o presión, sino con urgencia y amor.

Reflexión para ti: ¿Estás confiando en que Dios suplirá tus necesidades mientras obedeces Su llamado, o estás tratando de controlarlo todo antes de dar el siguiente paso?

3. Enfrentando el rechazo con fe (v.16-25)

“He aquí, Yo os envío como ovejas en medio de lobos.”

Jesús no oculta la realidad: ser Sus seguidoras traerá rechazo, críticas y dificultades. Él nos llama a ser “astutas como serpientes y sencillas como palomas,” viviendo con sabiduría pero sin perder nuestra pureza de corazón. Nos asegura que, cuando enfrentemos persecución, Su Espíritu Santo estará con nosotras para darnos las palabras y la fortaleza necesarias.

Este pasaje nos muestra claramente que seguir a Jesús significa identificarnos con Él en Su sufrimiento. Él no nos pide algo que Él mismo no haya vivido. Jesús enfrentó rechazo, humillación y oposición, pero lo hizo con amor, gracia y una confianza absoluta en el Padre. Cuando enfrentemos dificultades, podemos recordar que Él camina a nuestro lado, guiándonos con Su Espíritu y sosteniéndonos con Su fuerza.

Reflexión para ti: ¿Cómo estás reaccionando al rechazo o las críticas por tu fe? ¿Confías en que el Espíritu Santo te guiará en cada situación difícil?

4. No temas, Él cuida de ti (v.26-31)

”¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre.”

¡Qué consuelo tan profundo! Jesús nos recuerda que somos valiosas para nuestro Padre celestial. Si Él cuida de los pajarillos y tiene contados cada uno de nuestros cabellos, ¿cómo no cuidará de nosotras? Aunque enfrentemos peligros o incertidumbre, podemos estar seguras de que estamos bajo Su cuidado perfecto.

Reflexión para ti: ¿Estás descansando en el amor y cuidado de Dios, sabiendo que eres preciosa para Él?

5. Declarar a Jesús con valentía (v.32-39)

“A cualquiera que me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

Jesús nos llama a ser valientes y a declarar nuestra fe en Él sin temor. Sin embargo, también nos advierte que seguirle traerá división en nuestras relaciones más cercanas. Esto no significa que busquemos conflicto, sino que nuestra lealtad a Jesús debe estar por encima de todo, incluso de nuestra familia. Él nos dice claramente: “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.”

Reflexión para ti: ¿Estás dispuesta a poner a Jesús primero, incluso si eso significa enfrentar rechazo o incomprensión de quienes amas?

6. Recompensas eternas por nuestra fidelidad (v.40-42)

“Cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría… no perderá su recompensa.”

Jesús nos asegura que nada de lo que hagamos por Él, por pequeño que parezca, quedará sin recompensa. Incluso un simple acto de bondad en Su nombre tiene un impacto eterno. Esto nos anima a ser fieles en las pequeñas cosas, sabiendo que estamos sembrando para el Reino de Dios.

Reflexión para ti: ¿Estás sirviendo a Jesús con amor y fidelidad, incluso en las pequeñas cosas que nadie más ve?

Conclusión: El llamado a una vida valiente y confiada en Jesús

Mateo 10 es un llamado claro y desafiante. Jesús no promete una vida fácil, pero sí una vida llena de propósito, poder y Su presencia constante. Él nos invita a confiar en Su provisión, a no temer el rechazo y a declarar nuestra fe con valentía. Nos recuerda que, aunque el camino pueda ser difícil, Su recompensa es eterna y Su cuidado perfecto.

2 Corintios 4:17 (RVR): “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.”

Querida hermana, te animo a reflexionar:

• ¿Estás escuchando y respondiendo al llamado de Jesús en tu vida?

• ¿Confías en Su provisión y cuidado mientras obedeces Su misión?

• ¿Estás declarando tu fe con valentía, incluso en medio de las dificultades?

Jesús te ha elegido, te ha equipado y te ha enviado. ¡Vive con valentía y confianza en Aquel que nunca te abandona!

1 comentario en “Mateo 10: Llamadas y Enviadas por Jesús”

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