Ser madre es un llamado santo, un discipulado constante que apunta a Cristo.
¿Alguna vez te has dado cuenta de cuánto influyes en la vida de tus hijos? Tal vez no tienes miles de seguidores en redes sociales, no hay marcas tocando tu puerta para promocionar productos, pero déjame decirte algo: si eres madre, eres influencer.
En el corazón de cada hogar, las madres tienen un impacto profundo y duradero, un alcance que no puede medirse con likes o visualizaciones. Tus palabras, acciones y decisiones moldean pequeñas vidas. Eres la referencia de lo que es amar, servir, perdonar y perseverar.
La Biblia nos recuerda el poder de una madre que influencia con intención y sabiduría. En 2 Timoteo 1:5, Pablo habla de la fe sincera de Timoteo, la misma que habitó primero en su abuela Loida y en su madre Eunice. Estas mujeres no necesitaban una audiencia de millones para dejar un legado; su influencia en la vida de Timoteo impactó generaciones.
Cuando decides lo que se come en casa, cómo se habla de los demás o qué contenido se consume, estás enseñando valores, prioridades y hábitos. Incluso cuando no te das cuenta, tus hijos observan. Ellos te miran mientras sirves el desayuno con prisas o cuando vuelves a casa después de un día agotador y encuentras tiempo para una sonrisa. Ven cómo tratas a otros, cómo manejas los desafíos y cómo te relacionas con Dios.
Pero más importante que cualquier enseñanza moral o ejemplo práctico es cómo les presentas el evangelio. ¿Saben tus hijos que, aunque todos somos pecadores y merecemos la condenación, Dios mostró Su amor enviando a Su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados? (Romanos 5:8). ¿Ven en ti una dependencia diaria en la gracia de Dios, recordándoles que la salvación no se gana por obras, sino que es un regalo de Dios por medio de la fe en Cristo? (Efesios 2:8-9).
No te equivoques, tu influencia no depende de hacerlo todo perfecto. Nadie sigue a un influencer porque es impecable, sino porque conecta, porque su vida inspira y reta. Lo mismo ocurre contigo. Tus luchas, tus debilidades y la manera en que buscas mejorar son un ejemplo poderoso. Cada “lo siento” que dices a tus hijos cuando fallas les enseña humildad. Cada oración que elevas en los momentos difíciles les muestra fe.
Algo que aprendí de mi madre y que me esfuerzo por replicar es su amor por la hospitalidad. Recuerdo cómo siempre abría las puertas de nuestra casa con alegría y disposición, sin importar cuán agotada estuviera. Una vez, llegó una familia a visitarnos de sorpresa en medio de un día caótico. Sin pensarlo dos veces, mi madre preparó lo que teníamos a la mano, organizó la mesa con una sonrisa y les hizo sentir como en casa. Ese acto, aunque sencillo, me enseñó el valor de servir a los demás y amar a las personas con autenticidad.
Esto me recuerda lo que dice Hebreos 13:2: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.” La hospitalidad no se trata de tener todo perfecto, sino de tener un corazón dispuesto a compartir.
No subestimes la plataforma que tienes como madre. No necesitas un anillo de luz o un feed estéticamente impecable. Tienes algo más valioso: acceso directo a corazones en formación. La influencia que ejerces, aunque silenciosa y cotidiana, es inmensa.
Así que, la próxima vez que te sientas pequeña o insignificante en medio del caos diario, recuerda esto: eres madre, y eso significa que eres una influencer, la más importante en la vida de tus hijos.
Sé intencional. Sé sabia. Sé ejemplo.
Y sobre todo, sé una madre como Eunice, cuya fe impactó a Timoteo, o como mi madre, cuya hospitalidad sigue inspirándome a vivir para los demás.
Muy buena reflexión mi hermanita querida eres una mujer y esposa maravillosa ser Madre se aprende con día a día , y con la palabra de Dios ,se que vas hacer una mujer virtuosa creo que ya lo eres Bendiciones
Gracias
Hermosa y verdadera reflexión, tal cual, influenciamos esas pequeñas mentes, son nuestro reflejo y no necesitamos miles de seguidores, ellos son nuestros más fieles fans ☺️ Que cada día modelemos a Jesús en nuestras vidas